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martes, 2 de diciembre de 2025

Antes de que Scriptria fuese un mundo de fantasía, la palabra scriptrix ya existía. No nombraba a una hechicera ni a una protagonista de romantasy, sino a algo aparentemente más humilde: una mujer que copiaba textos a mano en la Edad Media.

Durante siglos se pensó que los manuscritos medievales eran obra exclusiva de hombres, encerrados en scriptoria monásticos. Hoy sabemos que esa imagen estaba incompleta. Entre las páginas de muchos códices se esconden rastros de mujeres que escribieron, ilustraron y gestionaron libros. Algunas de ellas se nombraron a sí mismas como scriptrix.

Qué significa realmente scriptrix

En latín, scriba es escriba. Su forma femenina es scriptrix: mujer que escribe o copia textos. Este término aparece en los colofones, esas notas al final de un manuscrito donde a veces el copista dejaba su nombre, la fecha o una breve reflexión personal. 

En varios de esos colofones se han encontrado expresiones como scriptrix o soror (hermana), que permiten identificar con claridad la mano femenina detrás del manuscrito. No son firmas grandilocuentes. A menudo son frases modestas, casi tímidas, que aun así reclaman un espacio en la historia escrita.

Mujeres entre pergaminos y cuentas del convento

Los monasterios femeninos no eran solo lugares de oración. También eran centros de gestión y administración, con tierras, rentas y obligaciones que requerían una buena cantidad de escritura: registros, contratos, cartas, libros de cuentas. 

Para sostener todo esto, muchas monjas tenían que dominar el latín escrito y las formas de la caligrafía. En algunos conventos, esa práctica derivó en verdaderos talleres de copia: scriptoria donde se producían salterios, libros de oración, recopilaciones de sermones o grandes obras de referencia que circulaban más allá de los muros del claustro.

Las investigaciones recientes han identificado centenares de nombres de copistas en el área germánica. En algunos casos se sabe que varias monjas firmaban juntas un mismo manuscrito, prueba de que trabajaban como equipo y que algunas administraban auténticos scriptoria femeninos. 

Un estudio de la Universidad de Bergen analizó más de 23 000 colofones en manuscritos medievales y encontró al menos 254 casos en los que la persona que copia se identifica claramente como mujer. 

Ppero, por cada scriptrix que dejó su nombre escrito, probablemente hubo muchas otras que trabajaron en silencio.

Lo más emocionante de estos descubrimientos es que, de vez en cuando, una de estas mujeres decide hablar desde el margen.

Según un artículo del Huffington Post, en un salterio copiado en un monasterio noruego, una monja se identificaba como hija de Birgitta y explicaba que había escrito el libro, incluyendo las iniciales decoradas, para pedir después que rezasen por ella.  

En otros manuscritos, las ilustradoras se autorretratan discretamente, escondidas en una letra capital o en un rincón de la miniatura. Uno de los casos más citados es el de Guda, una iluminadora del siglo XII, que se dibuja con hábito y se nombra como autora.

En el área de Maastricht, se conserva un códice de las Etimologías de Isidoro de Sevilla donde ocho monjas firman juntas la copia, pidiendo a Dios que las libre de las penas y las acoja en el paraíso. No son sombras anónimas. Son un pequeño equipo de trabajo que quiso quedar registrado como tal. Scribd

Pero, si las scriptrix existieron, ¿por qué han tardado tanto en aparecer en la historia? ¿Por qué son invisibles?

Algunas razones:

  • Muchos manuscritos no conservan los colofones.

  • En ocasiones, cuando el libro se reutilizaba o se remodelaba, esas notas finales se perdían.

  • Las mujeres podían firmar con iniciales o fórmulas ambiguas, difíciles de identificar siglos después.

  • Y por último... la historiografía tradicional se centró durante mucho tiempo en los scriptoria masculinos y prestó poca atención a las pistas femeninas.


En Scriptria, las Scriptrix son escribanas capaces de alterar la realidad con lo que escriben. En nuestro mundo, las scriptrix medievales alteraron la realidad de otra forma más silenciosa: haciendo posible que los libros llegaran al futuro.

Quizá no se veían a sí mismas como protagonistas, pero sin ellas muchas de las páginas que hoy leemos no existirían.



Cuando hablo de Scriptria, suelo decir que las protagonistas son escribanas capaces de hacer real lo que escriben. Pero dentro del propio mundo de la saga, eso no es solo una metáfora .

En Acanthium, hubo un tiempo en que las Scriptrix existieron de verdad… y casi todo rastro suyo fue cuidadosamente borrado.

Este artículo es una pequeña ventana a esa historia casi perdida: quiénes fueron, por qué daban tanto miedo y qué queda de ellas cuando empieza la saga.

En las historias que se cuentan en las tabernas y bibliotecas de Acanthium, una Scriptrix no es una simple copista.

Se dice que una Scriptrix:

  • conocía tintas y pigmentos capaces de atar promesas;

  • dominaba alfabetos que ya no se enseñan, donde cada letra era también un hechizo;

  • podía, en raras ocasiones, escribir a alguien fuera de su destino… o encerrarlo en él para siempre.

Su trabajo oficial era redactar contratos, crónicas y documentos importantes.
Su trabajo extraoficial era mucho más peligroso: decidir qué debía quedar escrito en la realidad y qué era mejor que jamás llegara al papel.

Si quieres conocerlas de verdad…

Si te intriga descubrir quiénes fueron de verdad las Scriptrix, qué queda de su magia en Acanthium y cómo se enredan sus secretos con el romance y el peligro,
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lunes, 1 de diciembre de 2025

Bienvenidos a una novela de fantasía romántica para quienes creen que las palabras son magia.

Las palabras que usamos tienen más peso del que pensamos.
Un “te quedas” puede anclar a alguien a tu lado y un “me voy” puede abrir portales que ya no se cierran. Esta idea se convirtió en el corazón de Scriptria, mi nueva saga de romantasy ambientada en el mundo de Acanthium.

En Scriptria, las protagonistas son escribanas capaces de hacer real lo que escriben. No es una metáfora: cada trazo, cada frase y cada nombre que dejan sobre el papel puede alterar la realidad… pero esto, por supuesto, tiene un precio. Nadie juega con la tinta sin mancharse los dedos.

El universo de Scriptrix se desarrolla en Acanthium, un mundo nuevo donde la magia se entrelaza con la tinta, los grimorios y los contratos escritos. Es un lugar de ciudades antiguas, bosques llenos de susurros y mansiones victorianas donde nada es completamente lo que parece.

Piensa en lámparas encendidas hasta la madrugada, tazas de té olvidadas junto a pilas de manuscritos, y un cielo que a veces parece leer de vuelta a quienes lo miran demasiado tiempo.

Romance gótico, vampiros cultos y bibliotecas mágicas

Si has leído otras de mis historias, ya sabes que tengo debilidad por los vampiros cultos, las bibliotecas llenas de secretos y las joyas encantadas. En Scriptria encontrarás todo eso:

  • una mansión victoriana cargada de ecos,

  • una biblioteca donde los libros cobran vida cuando creen que no los miras,

  • y un vampiro refinado que sabe demasiado sobre el poder de las palabras… y sobre lo que pasa cuando se usan para encadenar a alguien.


Si te intriga este universo de escribanas, vampiros y bibliotecas ocultas,

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sábado, 29 de noviembre de 2025

Hay escribanas que no solo cuentan historias: las escriben con tinta roja y cada frase les roba un recuerdo.

En algún lugar del norte, un castillo helado guarda una biblioteca imposible, un códice encadenado y un anfitrión que solo sale después del ocaso.

Será una historia de votos de tinta y de sangre.
De hechizos que se firman como contratos.
De baile de máscaras, cortes nocturnas y amores que la ley prohíbe.

Si te gustan los vampiros melancólicos, las magas que descubren tarde su propio poder y las bibliotecas encantadas, quédate cerca.
Pronto abriré las puertas de este mundo.

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sábado, 15 de noviembre de 2025

Durante años hablamos de fantasía romántica, de romance paranormal o de “libros tipo ACOTAR”. De pronto, empezó a sonar una palabra nueva: romantasy, un cruce entre romance y fantasy que se ha convertido en etiqueta, fenómeno editorial y refugio lector.

Pero más allá del término, ¿qué es exactamente la romantasy y por qué nos tiene tan atrapadas?

La romantasy es un subgénero que mezcla romance y fantasía:

  • hay magia, criaturas sobrenaturales, otros mundos o poderes especiales,

  • pero también una trama romántica fuerte que no es accesorio, sino columna vertebral de la historia. 

Dicho de otra forma: si quitas el romance, la novela se cae; si quitas la parte fantástica, también.

En español, la FundéuRAE recomienda usar fantasía romántica o romantasía como alternativas, pero lo cierto es que la palabra romantasy se ha quedado en la conversación lectora y editorial, sobre todo en redes como BookTok. 

¿De dónde viene esta “nueva” obsesión? La mezcla de aventura fantástica y romance no es nueva: viene de los romances de caballerías, de los cuentos de hadas y de muchísimas novelas del siglo XX. 

Lo que sí es relativamente reciente es el nombre y el boom de visibilidad:

  • editoriales y medios anglosajones empezaron a hablar de romantasy en torno a autoras como Sarah J. Maas,

  • el éxito arrollador de sagas como A Court of Thorns and Roses o Fourth Wing disparó el uso del término, muy impulsado por TikTok y comunidades lectoras online,

  • hoy en día vemos mesas temáticas de romantasy en librerías, sellos específicos y hasta librerías especializadas. 

En el mundo hispanohablante, el término ha ido llegando poco a poco, a veces etiquetado como romantasy, otras como fantasía romántica o romance fantasy según la línea editorial. 

Qué suele tener una novela de romantasy:

No todas las obras cumplen exactamente la misma fórmula, pero hay elementos que se repiten mucho:

  • Un mundo fantástico con reglas propias
    Reinos, cortes, academias mágicas, ciudades sobrenaturales, portales a otros mundos…

  • Un sistema de magia o criaturas sobrenaturales reconocibles
    Brujas, vampiros, cambiaformas, fae, demonios, dioses caídos; poderes ligados a la sangre, a pactos, a objetos o, como en Scriptria, a la escritura. 

  • Una trama romántica central
    Enemigos a amantes, alianzas forzadas, romances prohibidos, segundas oportunidades, vínculos entre dos (o más) personajes que marcan la evolución de la historia.

  • Conflicto emocional y político a la vez
    El corazón del personaje está en juego… y también el destino de un reino, una ciudad, una corte o un clan. 

  • Final emocionalmente satisfactorio
    No siempre es un “y vivieron felices para siempre” perfecto, pero suele haber algún tipo de cierre que compensa el viaje emocional.

Pero... ¿Por qué nos obsesiona tanto?

Hay muchas razones, pero te dejo tres que se repiten entre lectoras de romantasy:

  1. Porque nos permite sentir muchas cosas a la vez
    No solo hay mariposas en el estómago: también peligro, aventura, intrigas, magia, amistades, traumas que sanan y decisiones difíciles. Es como leer dos novelas en una: una épica de fantasía y una historia de amor… entrelazadas. 

  2. Porque el escapismo viene con espejo incorporado
    Aunque el mundo tenga dragones, portales o cementerios llenos de vampiros, los conflictos suelen ser muy humanos: miedo al rechazo, culpa, duelo, deseo de pertenecer, necesidad de reconstruirse. La fantasía amplifica esos temas, pero no los aleja.

  3. Porque nos da permiso para quererlo todo
    Durante mucho tiempo, la fantasía “seria” y el romance se miraban de reojo. La romantasy rompe esa frontera y dice: puedes querer mundo complejo, magia interesante y, a la vez, una historia de amor intensa que no sea un adorno. Y eso es profundamente liberador para muchas lectoras. 

Y Scriptria... ¿dónde entra en todo esto?

En Scriptria juego precisamente en ese cruce:

  • un mundo nuevo, Acanthium, con sus propias reglas y tipos de magia;

  • escribanas capaces de alterar la realidad con lo que escriben;

  • vampiros cultos, mansiones victorianas, bibliotecas hipogeas y contratos peligrosos;

  • y romances que no son un extra, sino el eje emocional de la historia. 

Si te atrae la romantasy con atmósfera gótica cálida, probablemente Scriptria pueda ser tu próxima obsesión.

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